Medalla Virgen de Gracia 20 mm Oro Amarillo U20F3DMELI

Patrona de Puertollano, elaborada en oro amarillo 18k, con 20 mm de diámetro y consistente asa.

Es perfecta para niño, niña, caballero o señora, puede ser un regalo estupendo de nacimiento, bautizo o comunión.

También para todos aquellos mantienen viva la fe en su Patrona.

Carbono puro

Los productos comercializados por CARBONO PURO han sido verificados por los canales de distribución oficiales.

Se incluye estuche y toda la documentación pertinente.

Si lo desea, podemos enviar su joya envuelta para regalo y añadir una tarjeta de felicitación con el texto que usted nos indique.

Todas nuestras piezas están contrastadas por el correspondiente laboratorio oficial. 100% Oro de 1ª Ley, garantizado.

Historia de la Patrona

La Virgen de Gracia es un signo de identidad muy destacado en Puertollano.

La Iglesia de la Virgen de Gracia fue construida en 1489 por los habitantes de Puertollano, como muestra de agradecimiento por su intercesión en la salvación tras la epidemia de peste que había azotado en 1486 a la ciudad.

Todos los 8 de septiembre, se celebran las fiestas patronales de la ciudad en su honor.

Valioso legado de tradiciones

La devoción por la Virgen de Gracia, se plasma día a día en pequeños gestos de los ciudadanos como, contemplar su silueta desde la mirilla de la puerta de la Iglesia cuando esta está cerrada.

Otro gesto muy habitual, es la intuitiva forma de hacer la señal de la cruz en la frente, cada vez que cruzamos su puerta.

Otros signos de identidad

Fuente Agria

Esta fuente de agua ferruginosa. Tiene 500 años de antigüedad y tradicionalmente se le han otorgado propiedades medicinales.

Es tradición Puertollanera decir “Quien bebe de ella, siempre vuelve a la ciudad”.

Carbura

La minería ha forjado la historia de esta ciudad manchega, por este motivo la lámpara de carburo es otro símbolo ineludible de Puertollano. 

Jarrillo Fuente Agria 

Es otro de los iconos de la ciudad minera.

Réplica de los Jarros de agua que siempre han colgado en nuestra fuente agria, para que su habitantes pudieran beber su agua.